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Amoníaco líquido: por qué conviene y cómo usarlo en el hogar.


Más o menos para la época en que comenzamos con el cambio de hábitos, se dejó de fabricar en el país uno de los productos de limpieza imprescindibles: el Odex.

Según el diario, la empresa que lo fabricaba quería vendernos la versión del siglo XXI, menos práctica, que duraba menos, más difícil de manipular, y MUCHO MÁS COSTOSA… esto es, el limpiador en crema tan publicitado…

El tema es que el limpiador en polvo de latita era una maravilla: te comprabas una y te duraba un año entero, era muy económica, y te hacía la vida mucho más fácil. Es lógico que a la empresa le convenga vendernos la versión en crema, que dura uno o dos meses y es mucho mas cara….

Entonces, decidimos buscar en Internet, a ver si existía en el mercado algún equivalente. Estábamos decididos a no permitir que las publicidades nos convenzan de despilfarrar dinero. Y descubrimos que nuestro querido Odex no era otra cosa que amoníaco. Fuimos al súper, y encontramos la botella de amoníaco líquido a sólo $16 el litro. Esto fue el año pasado… claro que ahora debe estar a otro precio… pero de todas formas, lo importante es que dura mucho tiempo, ya que se usa muy poca cantidad para limpiar (se usa siempre diluido en agua).

Cómo lo usamos: Lo principal es diluirlo. Nosotros compramos un gatillo de 250 ml, y lo rellenamos con una parte de amoníaco y dos de agua.

Qué superficies limpiamos: Todas aquellas que puedan mancharse con sarro, la bacha de la cocina, la bañadera, el inodoro, etc. El interior del horno y microondas si es que está muy engrasado, la heladera… la lista sigue. Es que el amoníaco es excelente como desengrasante: sólo hay que rociar con el spray, esperar unos minutos, y lavar normalmente, incluso con agua fría. Cuando los vidrios de las ventanas están muy sucios, usamos una esponja con detergente y el spray de amoníaco… y problema resuelto.

En realidad usamos vinagre para la limpieza diaria, pero cuando es más en profundidad o la superficie se ensució mucho, recurrimos al spray de amoníaco.

Qué cuidados hay que tener: es importante que el lugar tenga al menos una ventana abierta, y usar guantes de goma para usarlo. JAMÁS USAR JUNTO CON LA LAVANDINA, porque si se mezclan emana un gas que es muy tóxico.

Por lo demás, es muy práctico, efectivo, económico y ecológico. Tiene olor un poco fuerte, pero nada de otro mundo. En La Plata se consigue en cualquier cadena de supermercados. Y si preferís comprarle al comerciante del barrio, seguramente vas a poder encargarlo sin problemas.

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